Al igual que ocurría con el experimento de Asch en el que se utilizaban lineas de diferentes medidas, y en este caso utilizando una simple posición corporal, observamos que las personas cambian su actitud o su conducta por la influencia de otras personas.
Normalmente lo hacemos para cumplir unas normas sociales o para ser aceptados en el grupo pero nadie nos obliga a hacerlo ni nos dice nada.
Para que nos comportemos de esta manera hace falta que se den algunas variables. Por ejemplo, que los integrantes del grupo sean conocidos, o que el número de personas sea elevado. Si son más de tres personas, es más probable que imites esa acción o actitud, como ocurre en el vídeo.
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